jueves, 8 de septiembre de 2011

Maracaibo

Cuatrocientos 82 años cumple hoy Maracaibo de su fundación. Conocida como la Tierra del Sol Amada y por ser la ciudad que pasó por una fundación y dos refundaciones, hoy también es reconocida por el calor de su gente, su autenticidad e idiosincrasia. Una urbe que se mueve entre el clima cálido y el sol inclemente, entre costumbres que van desde las etnias guajiras hasta el linaje más sofisticado, entre las tradiciones populares y religiosas hasta las innovaciones, desde el modismo y voceo, la gaita zuliana hasta la fusión de culturas. El galopante ajetreo del casco central histórico se liga con el incesante tumulto de una ciudad que se niega a caminar hacia atrás: una localidad que va en crecimiento y que conserva la originalidad de su gente.

SU FUNDACIÓN Y REFUNDACIÓN

Ernesto García Mac Gregor, miembro de la Academia de Historia del estado Zulia, expresó que según unas investigaciones que realizó el historiador Nectario María aclaró que la fundación de la ciudad la realizó Ambrosio Alfinger, quien al llegar a Maracaibo el 8 de septiembre de 1.529 proclamó a San Sebastián como el patrono de la ciudad y la fundó. Posteriormente se estableció que Alonso Pacheco la refundó en 1.569. Tiempo después, en 1.574 fue refundada por Pedro Maldonado con el nombre de Nueva Zamora.
Mac Gregor señaló que en cuanto a la localización de la ciudad, se manejan tres versiones: la población de Alfinger, que fue la primera, estaba situada en Salina donde está hoy La Basílica de La Chinita y la otra La Ranchería al final de los Haticos. Para la repoblación de Pacheco, un lugar era Cotorrera en la avenida El Milagro y en Punta de Arrieta por los Haticos. El tercer poblador, Maldonado ocupó el mismo sitio que Pacheco.

Las tradiciones se conservan

El historiador refirió que indudablemente Maracaibo se distingue por el regionalismo a ultranza, voceo, nombres raros, La Chinita, gaita zuliana; entre otros. Resaltó que esa forma de ser se ha mantenido desde el tiempo de los españoles. El otro gran impacto que hubo en Maracaibo, fue cuando llegaron las compañías petroleras y la invasión del Barroso en 1.922, que provocó la entrada de los holandeses, ingleses y norteamericanos, y se establecieron en colonias e influenciaron las costumbres regionalistas.
Eveling Trejo de Rosales, alcaldesa de Maracaibo, expresó que el marabino es una persona trabajadora que va más allá de sus sueños y los hace realidad. “Somos el ejemplo de toda Venezuela, nos hemos convertido en la ciudad y estado ejemplar de todo el país, no solo hablamos de vos sino que tenemos sentido de identidad y pertenencia, aquí defendemos lo que es nuestro, somos culturalmente regionalistas”.

Un obsequio para la ciudad

Para la Alcaldesa de Maracaibo, esta es una ciudad que se merece lo mejor del mundo, de hecho comentó los regalos que le tiene preparado, a pesar de lo corto del presupuesto, aunque recalcó que la empresa privada está colaborando en proyectos para la ciudad a través de la responsabilidad social.
De esta manera, indicó que su regalo para la ciudad es la Biblioteca Municipal que ya no es un sueño sino una realidad; va a ser construida en la zona Oeste de la ciudad, ya está en una primera etapa, su edificación llevará ocho meses. Igualmente la recuperación de la Plaza de La República en la que se está trabajando. Asimismo, una terminal terrestre en el Oeste que trabaje con el de centro, como terminal satélite y la recuperación del corredor vial de Bella Vista, con la instalación de paradas, papeleras, demarcación y señalización.

“Quería regalarle más a la ciudad, pero en dos años con tan poco presupuesto, no se puede”, dijo.
Marabinos piden un regalo

Los marabinos aprovecharon el aniversario de la ciudad, para pedir un regalo para Maracaibo. César Eizaga, habitante de la parroquia Cristo de Aranza, pidió seguridad para el Municipio. “La ciudad se merece seguridad, para poder disfrutar más de las cosas que ofrece”. Mario Peralta, vecino de Las Tarabas, expresó que el mejor regalo para la ciudad es mejorar los servicios públicos.
Rita Elena Díaz, reside en Santa Lucía, solicitó que le den un cariño a la ciudad. “Maracaibo da bastante para tener eso y mucho más, las calles deberían estar hechas de morocotas de oro, como dice la gaita”.
Jesús Muñoz, habitante de Santa Lucía, pidió paz y armonía para los Municipios.

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